La lucha contra el cambio climático tiene como objetivo reducir la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero. Actualmente, existen muchas propuestas para frenar el calentamiento global con posibilidades de éxito como la captura de CO2 en los focos de emisión o directamente del aire, para el posterior almacenamiento o transformación de este gas. Una alternativa nueva, consiste en crear en el espacio una tenue barrera de la luz solar. En concreto, se buscaría formar una capa de polvo en la zona o puntos Lagrange (espacios en los que un objeto puede permanecer estable gracias al equilibrio entre las fuerzas gravitacionales del Sol y la Tierra) para reducir ligeramente la llegada de radiación solar a nuestro planeta. Esta posibilidad fue planteada por primera vez hace más de una década y ahora ha sido "revisitada" y ampliada teóricamente por los investigadores de la Universidad de Utah (Estados Unidos) Benjamin C. Bromley y Sameer H. Khan, y el investigador de Observatorio Smithsonian de Astrofísica, en Cambridge (EE.UU.), Scott J. Kenyon. Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista PLOS Climate (8 de febrero). Cálculos del parasol espacial Los autores indican que la eficacia general de un escudo de este tipo depende de su capacidad para mantener una órbita que proyecta una sombra sobre la Tierra. El primer resultado fue que sería difícil aunque no imposible mantener el polvo donde se necesita. "Debido a que conocemos las posiciones y masas de los principales cuerpos celestes de nuestro sistema solar, podemos simplemente usar las leyes de la gravedad para rastrear la posición de un parasol simulado a lo largo del tiempo en varias órbitas diferentes", indica Khan en una información difundida por su universidad. En simulaciones informáticas, los investigadores dispararon partículas de prueba a lo largo de la órbita, incluida la posición de la Tierra, el Sol, la Luna y otros planetas del sistema solar, y rastrearon dónde se dispersaron las partículas. Los autores descubrieron que cuando se lanza con precisión, el polvo sigue un camino entre la Tierra y el Sol, creando efectivamente sombra, al menos por un tiempo. Una de las simulaciones que se presentan en este estudio ha sido difundida por sus autores en internet, indicando que se trata de mancha formada por polvo que sería lanzado desde la estación de paso en el punto L1 de Lagrange. Lanzar polvo desde la Luna Además, los autores simularon el lanzamiento de polvo desde la superficie de la Luna hacia el Sol. Descubrieron que las propiedades inherentes del polvo lunar eran las correctas para funcionar efectivamente como un escudo solar. Las simulaciones probaron cómo el polvo lunar se dispersaba a lo largo de varios cursos hasta que encontraron excelentes trayectorias que sirvieron como un protector solar efectivo. Los autores reconocen que se trata simplemente de una propuesta teórica -que no incluye costes, posibilidades técnicas ni efectos secundarios- pero se muestran satisfechos porque sus resultados parecen demostrar que lanzar polvo lunar al espacio sería una posibilidad de acción climática para la Tierra con más posibilidades de éxito que el lanzamiento de polvo desde la superficie de nuestro planeta. "No somos expertos en cambio climático ni en la ciencia espacial necesaria para mover masa de un lugar a otro. Simplemente, estamos explorando diferentes tipos de polvo en una variedad de órbitas para ver qué tan efectivo podría ser este enfoque", ha indicado Bromley. El estudio completo puedes encontrarlo en https://journals.plos.org/climate/article?id=10.1371/journal.pclm.0000133 Scientists create dust clouds to combat climate change The fight against climate change aims to reduce the emission of greenhouse gases into the atmosphere. Currently, there are many proposals to curb global warming with possibilities of success such as the capture of CO2 in the sources of emission or directly from the air, for the subsequent storage or transformation of this gas. A new alternative is to create a faint barrier of sunlight in space. Specifically, it would seek to form a layer of dust in the Lagrange zone or points (spaces in which an object can remain stable thanks to the balance between the gravitational forces of the Sun and the Earth) to slightly reduce the arrival of solar radiation to our planet. This possibility was first raised more than a decade ago and has now been "revisited" and theoretically expanded by University of Utah researchers Benjamin C. Bromley and Sameer H. Khan, and the researcher at the Smithsonian Observatory of Astrophysics, in Cambridge (USA). ), Scott J. Kenyon. The results of this work have been published in the journal PLOS Climate (February 8).
Throwing dust from the Moon In addition, the authors simulated the release of dust from the surface of the Moon towards the Sun. They found that the inherent properties of lunar dust were just right to function effectively as a solar shield. The simulations tested how lunar dust dispersed over several courses until they found excellent trajectories that served as an effective sunscreen. The authors acknowledge that this is simply a theoretical proposal – which does not include costs, technical possibilities or side effects – but they are satisfied because their results seem to show that throwing lunar dust into space would be a possibility of climate action for the Earth with more chances of success than the launch of dust from the surface of our planet.
"We are not experts in climate change or the space science needed to move mass from one place to another. We are simply exploring different types of dust in a variety of orbits to see how effective this approach could be," Bromley said. The complete studio can be found in https://journals.plos.org/climate/article?id=10.1371/journal.pclm.0000133
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