Los recientes resultados científicos publicados de la sonda Juno de la NASA que orbita Júpiter brindan una imagen más completa de cómo las características atmosféricas distintivas y coloridas del planeta ofrecen pistas sobre los procesos invisibles debajo de sus nubes. Los resultados destacan el funcionamiento interno de los cinturones y las zonas de nubes que rodean a Júpiter, así como sus ciclones polares e incluso la Gran Mancha Roja. Créditos de imagen: NASA / JPL-Caltech Juno entró en la órbita de Júpiter en 2016. Desde entonces, un conjunto especializado de instrumentos ha mirado por debajo de su turbulenta cubierta de nubes. El microwave radiometer (MWR) de Juno permite a los científicos de la misión mirar debajo de las nubes de Júpiter y sondear la estructura de sus numerosas tormentas de vórtice. La más famosa de estas tormentas es el icónico anticiclón conocido como la Gran Mancha Roja, la cual ha intrigado a los científicos desde su descubrimiento.
Créditos de imagen: NASA / JPL-Caltech / SwRI / MSSS La altura y el tamaño de la Gran Mancha Roja significa que la concentración de masa atmosférica dentro de la tormenta podría ser detectable por instrumentos que estudian el campo gravitatorio de Júpiter. Dos sobrevuelos cercanos de Juno sobre la mancha más famosa de Júpiter brindaron la oportunidad de buscar la firma gravitatoria de la tormenta y complementar los resultados del MWR en su profundidad. Con Juno viajando a baja altura sobre la cubierta de nubes de Júpiter a aproximadamente 209,000 kilómetros por hora, los científicos lograron medir cambios de velocidad tan pequeños, como 0.01 milímetros por segundo, utilizando una antena de seguimiento de la Red de Espacio Profundo de la NASA, desde una distancia de más de 650 millones de kilómetros. Esto permitió al equipo limitar la profundidad de la Gran Mancha Roja a unos 500 kilómetros por debajo de las cimas de las nubes. Cinturones y Zonas Además de los ciclones y anticiclones, Júpiter es conocido por sus característicos cinturones y zonas: bandas de nubes blancas y rojizas que envuelven el planeta. Estas bandas están separadas por fuertes vientos de este a oeste que se mueven en direcciones opuestas. Juno descubrió previamente que estos vientos, alcanzan profundidades de aproximadamente 3.200 kilómetros. Los investigadores todavía están tratando de resolver el misterio de cómo se forman los vientos. Los datos recopilados por el MWR de Juno revelan una posible pista: que el gas amoníaco de la atmósfera se desplaza hacia arriba y hacia abajo en una notable alineación con los vientos. Los datos MWR de Juno también muestran que los cinturones y las zonas experimentan una transición alrededor de 65 kilómetros debajo de las nubes de agua de Júpiter. A poca profundidad, los cinturones de Júpiter son más brillantes con luz de microondas que las zonas vecinas. Pero a niveles más profundos, por debajo de las nubes de agua, ocurre lo contrario, lo que revela una similitud con nuestros océanos. Ciclones polares Los científicos de la misión que utilizan observaciones del Jovian Infrared Auroral Mapper (JIRAM) de Juno han determinado que estos fenómenos atmosféricos son extremadamente resistentes y permanecen en la misma ubicación. Créditos de imagen: NASA / JPL-Caltech / SwRI / MSSS Los datos del JIRAM también indican que, al igual que los huracanes en la Tierra, estos ciclones quieren desplazarse hacia el polo, pero los ciclones ubicados en el centro de cada polo los empujan hacia atrás. Este equilibrio explica dónde residen los ciclones y los diferentes números en cada polo.
Fuente:https://www.nasa.gov/press-release/nasa-s-juno-science-results-offer-first-3d-view-of-jupiter-atmosphere
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