El hombre ha buscado por años una alternativa para preservar la humanidad fuera del planeta. Y Marte, se ha convertido en una utopía para algunos y el objetivo de otros. Según algunos historiadores, el ser humano conoce el planeta rojo desde hace 4.500 años, cuando los asirios trataron de registrar su extraña trayectoria. Desde entonces, sus características geológicas y la posibilidad de que pueda albergar vida han sido un objetivo para el hombre.
La NASA Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) observó depósitos masivos en una cuenca en el sur de Marte que fueron formados por agua caliente de una parte volcánicamente activa de la corteza del planeta, y que afloró en el fondo de un gran mar hace mucho tiempo. Pero no solo pudo haber agua en el sur del planeta, en su ecuador también. Unas imágenes tomadas por la sonda Mars Express revelaron testimonios de aguas pasadas en Marte, apreciándose a lo largo de la región ríos y cuerpos de agua fijos, como lagos o incluso mares, que existieron en la historia temprana de Marte. Por último, a finales de 2017, una investigación sugirió que podría haber agua encerrada en las rocas de Marte. Las rocas basálticas de Marte podrían contener hasta un 25% más de agua que las de la Tierra y, como resultado, el agua de la superficie sería absorbida hacia el interior por las rocas. La teoría sostiene que Marte no tiene un sistema de reciclaje de agua como el de la Tierra (las rocas húmedas se deshidratan de manera eficiente antes de entrar en el manto relativamente seco de la Tierra), por lo que la reacción agua-roca cambió la mineralogía e hizo secarse a la superficie de Marte, volviéndose inhóspita para la vida. El agua es el recurso de referencia para la supervivencia y, por ello, la NASA ha adoptado un enfoque de "seguir el agua" hacia la exploración. De este modo, en su promesa de poner un pie en Marte para el año 2030, y tras ensayar diferentes soluciones, ha fijado varios requisitos para la ubicación.
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October 2024
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